Uno los dos.

Así soy, un puñado de odio y otro de amor. Aveces tormenta, aveces sol. Un día estoy y al otro, quizá me voy. Un poco de cielo y otro poco de infierno. Pero no te dejes engañar por mi cara angelical; la verdad es que soy como un huracan que destruye todo lo que está a su pasar. Sólo perdiendote en mis ojos, al fin veras, la mujer que tras ellos escondida está. No tengo rumbo fijo ni promesas de un futuro juntos, pero te ofrezco un presente siendo los dos uno.

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