Decisión.

Nadie tiene la obligación de enlazar su camino con el nuestro porque de hecho no se trata de encimar uno con otro, sino de andar, paralelamente, cada quien su camino.
A veces amamos tanto a alguien, que nos cuesta "dejarlo ir" pero desde un principio se nos debió haber advertido que cuando uno decide tener una relación con otro, ya no se trata de una decisión, sino de dos.
Si esas dos decisiones no coinciden pero aún así hay amor o por lo menos respeto por el simple hecho de que alguien haya sido parte de nuestra vida, es más sano salvar una relación de cariño que, aunque no es lo que queremos  demuestra que verdaderamente somos capaces de respetar y amar a otro porque encontramos tranquilidad en saber que hemos procurado el bien del otro al no obstaculizar su decisión de irse (que de por sí es difícil).

Archivo del blog