Si tengo que ponerme a hablar de mí, posiblemente diría muchísimas más cosas malas que buenas. No me considero perfecta, pero tampoco hay un bueno sin un malo ¿no? Prefiero que sea así, que sea una lista interminable de mis defectos. Desconfiada, terca, orgullosa, celosa, egoísta, sincera… Sí, sincera, es mi mayor defecto. Ya que, gracias a ella, no tengo ese escudo que llevan encima los hipócritas. El cual a veces me gustaría poseer, y esconderme detrás, como una cobarde más. Soy transparente, fría y a la vez dulce, ROMÁNTICA incurable, desequilibrada… Tanto puedo agradar a unos, como ser odiada por los demás. Como la lluvia. Pero no por eso dejaré de estar ahí. Por mucho que uno odie la lluvia, no va a dejar de llover. Así soy yo. Y al que no le guste que se compre un paraguas.
Negar nuestros impulsos es negar lo que nos hace humanos.
Amar donde no hay razon para amar. Ser feliz donde no hay posibilidad de felicidad. Crear donde no ha habido creatividad.. Y así construír el cielo en miedo del infierno!