Sin confianza no se puede, si no se confía, se termina quebrando. Y cuando esa confianza desaparece, uno siente que no hace pie, se pierde. Sin confianza entran dudas, te paralizas. No sabes quién sos, que haces, y lo peor, dejas de ver quien tienes a tu lado. La confianza ciega es hermana de la traición. La traición hiere, separa, confunde.
(y sino digánmelo a mi!).

Archivo del blog